Además de todo esto, las mujeres casadas se les negó el acceso al mercado laboral. Con el Fuero del Trabajo promulgado en 1938, el Estado reguló el trabajo a domicilio, y sólo podían trabajar las mujeres solteras o viudas subordinadas a los varones. Además, si se casaban, debían firmar su despido voluntario un mes antes del enlace, según lo dictaba la Ley de Reglamentaciones Laborales de 1942, y para acceder a él, dos años después, la Ley de Contratos de Trabajo decía que debían contar con la autorización del marido. Además los sueldos eran más bajos con respecto a los varones. Por todo esto, era difícil para una mujer cabeza de familia sacar adelante su hogar y, aunque existía la cartilla de racionamiento, para los productos de consumo básico, el hambre seguía apretando, no era suficiente la cantidad que recibían para alimentar a toda la familia y muchas recurrieron al estraperlo, cambiando productos, manufacturados por ellas mismas, por alimentos. El estraperla estaba considerado un delito y acarreaba penas de cárcel y multas.
VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=RAvQG-01D6k
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